Además de la turbulencia atmosférica, la iluminación del cielo nocturno es el mayor obstáculo para la observación de objetos poco luminosos más allá del sistema solar. Debido a las farolas y otros tipos de iluminación artificial, el cielo ya no es completamente negro en las zonas urbanas. Esto afecta al contraste y, por lo tanto, a la percepción de los objetos del cielo profundo.
Sin embargo, dependiendo del tipo de objeto celeste, es posible filtrar parte de la luz molesta y facilitar así la observación de los objetos. Un filtro H-beta aprovecha la propiedad de lasllamadas nebulosas de emisión. Algunos objetos brillan en determinados colores, las llamadas líneas de emisión. Las líneas de emisión están relacionadas con determinados elementos químicos, en este caso el hidrógeno. Este filtro de niebla de alta calidad bloquea todos los demás colores y, por lo tanto, casi toda la luz artificial, dejando pasar solo la línea de emisión del hidrógeno. El efecto es asombroso: de repente, se hacen visibles nebulosas en lugares que sin filtro parecen completamente vacíos. Por ejemplo, con un cielo ligeramente iluminado, la nebulosa Cabeza de Caballo es prácticamente invisible con un telescopio de 300 mm. Con este filtro, la nebulosa se ve perfectamente. ¡Imprescindible para cualquier astrónomo aficionado!
El ámbito de aplicación más adecuado es la observación con un aumento medio y una relación focal de f/3,5 a f/15 para telescopios con una apertura de 10" (250 mm) y para fotografía con objetivos y telescopios de cualquier diámetro. Astrofotografía: si la cámara no dispone de un filtro IR integrado, es necesario un filtro CCD H-beta.