El ocular ortoscópico clásico tiene varias ventajas sobre los populares oculares Plössl de la misma distancia focal, pero sobre todo sobre los modernos "oculares supergran angular":
- Las pocas lentes dan como resultado una transmisión muy alta, un contraste muy elevado y, por tanto, una imagen extremadamente nítida y sin distorsiones. Las estrellas tienen una nitidez óptima no sólo en el centro, sino también en los bordes del campo de visión.
- El revestimiento múltiple garantiza un bajo nivel de reflejos internos: separar las estrellas dobles más cercanas es un juego de niños con estos oculares, y los detalles más finos de los Planetas aparecen con nitidez.
- Los oculares ortoscópicos de esta serie son parfocales, lo que significa que casi no es necesario reenfocar al cambiar de ocular.
Construcción de un ocular ortoscópico: La unidad óptica consta de una lente ocular plano-convexa y un elemento triplete, es decir, sólo cuatro superficies de vidrio/aire. Todas las superficies interiores están muy bien ennegrecidas y suprimen eficazmente la aparición de luz parásita. Además, el receptáculo anodizado duro tiene una rosca interior para sujetar filtros.